La Pieza de Tetris
Cuadernos: Relatos para Scriptoria
De mi puño (IX): Él
Cuadernos: De Mi Puño , El cuaderno de Chinatown
Como en un mar eterno
Cuadernos: Relatos para Scriptoria
De mi puño (VII): Anhelo
Cuadernos: De Mi Puño , El cuaderno de Chinatown
Criaturitas
Cuadernos: Mi Historia , Publicaciones
De mi puño (IV)
Cuadernos: De Mi Puño , El cuaderno de Chinatown
La Fiebre del Oro
Luego recogió la fotografía de su coche del mostrador y salió de la tienda.
Cuadernos: Relatos para Scriptoria
Nuestra Mesa
En ese momento mi imagen se desvaneció. El camarero me preguntó si iba a tomar algo. Mi yo real, allí de pie, negó con la cabeza y dejó aquella cafetería para no volver jamás. Ya afuera, el viento me azotaba del mismo modo que castigaba a las palmeras. Abrí mi cuaderno y comencé a escribir el comienzo de este cuento.
Cuadernos: Relatos para Scriptoria
La Casa Negra

En la casa vivía una familia de piel blanca lechosa cuyos ojos oscuros veían los objetos entre las sombras, y tal era la oscuridad que reinaba en la casa que incluso cuando pronunciaban palabras... éstas caían al suelo muertas. Y ningún animal, ni flor, ni ser humano... se veía capaz de tentar a la suerte y visitar a la familia de la Casa Negra.
Un día llegó al pueblo un vendedor ambulante, un titiritero que vendía joyas y baratijas, ropajes, cachivaches y mil historias, y la música que sonaba era tan deliciosa que consiguió entrar por una rendija de una de las ventanas de la Casa Negra. Y, al contrario que las palabras pronunciadas, las notas musicales no fueron a caer al suelo muertas, sino que volaron entre las sombras... y, como si estuvieran flotando por un pentagrama, vinieron a despertar a la más pequeña de la familia de la Casa.
La niña se levantó, como sonámbula, y caminó hasta la puerta. Y cuando la abrió un túnel de negrura infinita se prolongó desde el interior de la casa hasta la calle, torciendo allá donde mirase la pequeña. Entonces comenzó a caminar por ese sendero de sombras en dirección a la música, y los vecinos del pueblo se iban apartando del socavón horizontal que salía de la casa, porque nada bueno podía salir de ella.
La niña vino a parar al tenderete del titiritero, y éste se ocultó, asustado, debajo de las ruedas de su carromato. Y mientras miraba a ras del suelo pudo ver cómo los pies de una niña se calzaban unos zapatos de tacón de terciopelo verde que había cogido del mostrador de su tienda, entonces comprobó como la oscuridad del túnel iba huyendo despavorida de los zapatos nuevos.
Y por allí por donde la niña caminaba, de vuelta a la Casa Negra, la oscuridad y las sombras se iban evaporando, y el color natural de las cosas se abrigaba en torno a los zapatos, tomando lugar entre el aire y la música... entre la arena, el polvo y las piedras. Justo cuando la niña se metió en su casa y cerró la puerta la poca oscuridad que flotaba del túnel que había dejado a su paso desapareció en el cielo azul y sin nubes que dominaba el pueblo.
Y de la Casa Negra comenzaron a florecer, lentas, muy lentas... enredaderas en verde con tallos, raíces y hojas risueñas; y los habitantes del pueblo nunca supieron entender por qué extraño fenómeno la Casa Negra, desde aquel día llamada Floreciente, se vestía cada vez más de verde cuando de lejos oían los taconeos de unos zapatos, ahora vivos... antes inexistentes."
Cuadernos: Relatos para Scriptoria
Buscándote (V y último)
Cuadernos: De Mi Puño , El cuaderno de Chinatown
Buscándote (II)
Cuadernos: De Mi Puño , El cuaderno de Chinatown
Buscándote (I)
Cuadernos: De Mi Puño , El cuaderno de Chinatown
Niño Perdido (II)
Cuadernos: De Mi Puño , El cuaderno de Chinatown
De mi puño (I)
Cuadernos: De Mi Puño , El cuaderno de Chinatown
Serendipia
- Nunca - dijiste.
Cuadernos: Mi Historia
Scriptoria, el libro, a la venta.
Si resides en España puedes reservar tu ejemplar bajo plataforma segura a través de Paypal pulsando en el botón de abajo (también permanecerá en la barra lateral de opciones). El precio, debido a las tarifas por transacción que impone Paypal, será de 12,90€ (envío incluido). También puedes hacerlo por transferencia bancaria, en ese caso escríbeme un e-mail, el precio será de 12€ (envío incluido).
Si resides fuera de España y quieres uno escríbeme un correo a angel.delgado@gmail.com
Los 50 primeros van con un punto de libro de regalo, exclusivo y numerado.
Cuadernos: Publicaciones
Mundo de Locos
El interfono del despacho del director sonó y la voz de Martínez salió por el altavoz:
-¿Señor?
-Sí, Martínez.
-Han llegado los nuevos, señor.
El director se levantó de su sillón y se acercó a la ventana.
-Martínez.
-¿Sí, señor?
-Se amontonan en la entrada y llegan hasta donde me alcanza la vista. No tendremos espacio para todos, son demasiados.
-¿Qué hacemos, señor?
El director volvió a sentarse y permaneció en silencio unos segundos.
-¿Martínez?
-Señor...
-Cambiemos las normas. Ingresemos a los cuerdos.
Cuadernos: Divagaciones
La Verdadera Tú
Me gusta cómo huelen los cabellos que te peinas detrás de tu oreja. No me preguntes por qué pero, al final del día, desprenden un perfume muy diferente al que esparces del bote a tu cuello por la mañana, supongo que ocurre así porque estará mezclado con unas minúsculas gotas de tu sudor, con tus sonrisas y desgracias, y con todos los silencios que interponemos entre tú y yo.
-.-
Cuadernos: Divagaciones
El Amor Apesta
Después de unos años he llegado a esta conclusión: el amor apesta. Apesta a cañería recién rota y a mierda borbotando de ella, apesta a mis cojones sin lavar, a aliento de hiena, a almeja enfangada y abierta.
Cuadernos: Divagaciones
La Medida Justa de Todas las Cosas
Lleva una falda de estampados florales en blancos y grises que cae hasta sus rodillas y un suéter negro. Acaba de entrar en el Manila 1969. Se ha acercado a la barra para pedir un café y mientras el camarero lo prepara barre con la mirada el local, está eligiendo mesa. Hoy será la del rincón, justo a la cristalera. Así podrá ver a la gente pasar, como hace con los segundos el reloj guardado en el cajón de su mesita de noche, ese que ya no se pone.
Cuadernos: Relatos para Scriptoria
Scriptoria en El Megáfono
Esta semana no hay relato. Pero sí podréis escuchar hablar de Scriptoria, y supongo que también un poco de mí, en el programa de radio El Megáfono. Las personas que hacen el programa han tenido el valor (o la temeridad) de hablar sobre Scriptoria en su sección bitácoras.
Para agradecerles el detalle les he cedido un ejemplar (que todavía atesoraba, sí) del libro que autoedité (Poemario de nostalgias y anhelos) que sortearán entre los oyentes que respondan correctamente a una pregunta que realizarán durante la emisión del programa.
Aquí os dejo el enlace al evento de Facebook creado para la ocasión: Sorteo en El Megáfono
Y aquí el enlace a la página de Facebook del programa, donde habrá que responder a la pregunta mediante un mensaje dejado en su muro: El Megáfono
Todavía estáis a tiempo de entrar en el sorteo, anunciarán al ganador o ganadora en su próximo programa.
Cuadernos: Amigos
Zombi (inusual poema de amor)
Me acerco y tomo tu mano
Estás aterrada
y te abandono
Cuadernos: Divagaciones
Encrucijada
Si yo lo sé, Mari Carmen, si yo lo sé, que mi Juan es un buen hombre, que el pobre ahora no tiene trabajo, y mira que yo me levanto temprano y me voy a trabajar, y él se levanta cuando yo me voy. Fíjate, mi Juan... le prepara el desayuno a los niños, los levanta, los viste, guerrea con ellos lo que tenga que guerrear y los lleva al colegio.
Cuadernos: Relatos para Scriptoria
El Ángel Desamparado
- Tu padre se ha vuelto a escapar. Está aquí. Ya lo sabes - dijo María al otro lado del aparato. Luego colgó.
Cuadernos: Relatos para Scriptoria
11 de Marzo
Hay fechas que se alejan en el tiempo, pero nunca en la memoria.
Quedaron atrás las noches en que dormía con los ojos abiertos, o sentado en el borde de mi cama.
Y eso se hace.
Cuadernos: Mi Historia
Sin Ti
Cuadernos: De Mi Puño
Carta Negra de Amor
He recogido mis cosas y las llevo en una maleta pequeña sin billete de vuelta. Dejo nuestra casa. Acabo de mirar por la ventana y ya se acerca La Cabalgata de los Escritores Desdichados de Corazones Rotos.
Cuadernos: Relatos para Scriptoria
Regreso
Cuadernos: Publicaciones
Un Atisbo de Esperanza
Dante´s Inferno:
2. Primer círculo: Ajuste de Cuentas
3. Segundo círculo: Cráneos Ardientes
4. Tercer círculo: American Woman
5. Cuarto círculo: El Don de la Ubicuidad
6. Quinto círculo: El Cosechador
7. Sexto círculo: La hermana María Bautista
8. Séptimo círculo: El escritor atormentado
9. Octavo Círculo: La Flor del Mal
10. Noveno círculo: El Desenlace
11. Epílogo: Un Atisbo de Esperanza
Cuadernos: Dante´s Inferno , Relatos para Scriptoria
El Desenlace
entramos a retornar al claro mundo;
y sin cuidarnos de reposo alguno,
subimos, él primero y yo segundo,
tanto que vi las cosas bellas
que lleva el Cielo, por un resquicio redondo.
Y entonces salimos a rever las estrellas."
Enero, 2013. Un año después de las bombas.
Al norte del continente americano, sobre un promontorio desde donde se debía divisar el océano Atlántico, se erguía un edificio prismático y níveo, precedido por una escalinata que recordaba a las de las ya derruidas pirámides mayas. Aún nos restaban unos dos kilómetros para llegar hasta él. Así que hice caer una densa niebla para pasar desapercibidos y, con ella, también cayó un manto de silencio sólo roto por el sonido de nuestros pasos. Los de James, los del cosechador y los míos.
La mujer y James salieron del edificio, esta vez sonriendo. El chico comenzó a bajar los primeros escalones y un destello metálico brilló a la altura de la cintura de la mujer. Tras el sonido del disparo el cuerpo de James rodó varios metros de peldaños hacia abajo. Sin perder un instante convoqué a todos los vientos conocidos, las puertas del edificio se cerraron de golpe, cubrí el cielo con tantas nubes negras como las que acontecieron el día en que Dios nos dejó e hice que descargasen toda la furia de sus lluvias.
Nada más alcanzar la mitad del trayecto me detuve, habían comenzado los deslizamientos de tierra bajo el edificio, ahora fuertemente castigado por el huracán, la lluvia y los rayos. La mole de piedra comenzó a crujir y la mujer, aterrada, me miró a los ojos justo un segundo antes de desaparecer entre la lluvia de cascotes y escombros.
Sólo la escalinata permaneció de pie, como si fuese el único vestigio de una civilización extinguida siglos atrás. El cuerpo de James yacía inerte como un trapo sucio sobre los primeros peldaños. Y en todos los rincones del planeta todos los James... murieron al instante. Y desde entonces las personas del mundo comenzaron a sentirse un poco más abandonadas.
Cuadernos: Dante´s Inferno , Relatos para Scriptoria