Me gusta verte desde aquí, desde la cama. Me gusta ver cómo te levantas y cómo te pones los vaqueros hasta esconder tus bragas. Sí, porque lo haces como lo haría una puta. Pero no una puta cualquiera, no; lo haces como la más sabia e inteligente de todas. Hasta cuando te recoges el pelo se te nota que eres puta. Cada ademán y cada gesto te delatan, cada sonrisa colgada en tu rostro lo escupe en el suelo donde pisas: eres puta. Cada caricia que me das en la frente esputa y grita en falso a los cuatro vientos la madre que no eres, porque eres puta, sólo puta.
La mayor de las putas.
No lo puedes esconder, no lo puedes maquillar, eres una puta para mí, mi puta, de los pies a la cabeza. Y así te llamo, y lo mejor es que lo añoras cada minuto que te falto. Sabes de sobra que me tienes pero sigues jugando a poseerme, yo juego a creérmelo, y hago que juegues.
Ese es tu nombre: Puta.
Corto, rápido de pronunciar, bello.
Sólo hacen falta cuatro letras para definir todo lo que eres, todo lo que llenas.
Pronúncialo para ti, en voz baja, pronúncialo después de pasar tu lengua mojada por tus labios.
*foto: "transmigrantes, paraíso 01", obra de este artista