Mientras recordaba a las mujeres que habían pasado por su vida iba colocando las piezas que aparecían por la parte superior de la pantalla. Algunas las giraba presionando un botón hasta colocarlas en la posición que quería, otras no, a otras sólo había que empujarlas con la palanca de mando, o dejarlas caer para que ocupasen el lugar que él había elegido para ellas, como hizo con sus mujeres.
Por una vez la pantalla no le mostró cómo sería la siguiente pieza del juego. Se quedó esperando, expectante. La nueva pieza que apareció ante sí era distinta a todas las que el ordenador tenía programadas. Era una pieza con multitud de puntas, algunas incluso ondulaban, cambiantes. Al verla, una gota de sudor se deslizó por su frente. Abandonó los mandos de la máquina y salió del salón de juegos antes de que el rótulo Game Over apareciera en pantalla.
Aquella extraña pieza... era él.
-.-
Por motivos ajenos a la plantilla del blog el diseño no se visualiza bien en Internet Explorer, de modo que recomiendo el uso de Firefox o Google Chrome en sus últimas versiones :)
*foto de aquí