... Y la chica regresaba al bosque a oír historias, a veces nevaba, a veces llovía, y en aquellas tardes sus ojos se volvían de un gris tan claro que en ocasiones parecían blancos.

-Piedra y la chica de ojos azules-

No Me Importa Que Estés Rota


¿Qué te crees? ¿Que no me he dado cuenta de la forma en que me miras esta noche? No me mires más así, tras decirme que estás rota por dentro. Sé que el pasado te pesa y la piel que ya no te acaricia te arde. Aun rota y todo... te has vestido esta noche, te has subido a unos tacones y... ahora estamos aquí, los dos, averiguándonos las miradas.

Hasta rota, como tú dices, comenzaría por tu boca, como si fuera mi primera vez y la tuya, y cuando calme mi hambre de saberte conocida pasaría las yemas de mis dedos por la superficie curva de tus hombros desnudos. Trazaría pequeños círculos. Es una de las pieles que él ya no te toca ¿verdad? Al menos no así.

Te mentí, te dije que no me mirases más esta noche pero... tú sigue. Rómpeme, y no pares de hacerlo.

*foto de aquí.

Como el Fuego adentrándose en el Mar (revisitación)


Pasan los días y sigo ardiendo en ti, lo hago a través de las palabras que te escribí, o quizás sólo a través del sello de lacre rojo que quemé sobre la carta doblada que tomaste de la bolsa. Cada doblez que realicé desprendió una llamarada inofensiva sobre el papel, inofensiva también para tu piel y mi piel, pero capaz de abrirse paso y adentrarse en tu mar, capaz de beberlo, de convertir su área en un desierto tan desnudo como tus pechos.

Hoy... aún seré en mis labios... tu fuego, mañana quizás te pida estar debajo, eso implica que tú vuelvas a ser mi fuego, como la última noche, yo seré tu mar.

*foto: ¿?