... Y la chica regresaba al bosque a oír historias, a veces nevaba, a veces llovía, y en aquellas tardes sus ojos se volvían de un gris tan claro que en ocasiones parecían blancos.

-Piedra y la chica de ojos azules-

Al Respirar

 
Escucha a Vetusta Morla, su tema da título a este micro. Ya me gustaría a mí escribir una letra así.

... Y llegaste con tu vestido negro, difusa, y me rompiste la noche.

Y al respirar no supe manejarme, porque los escritores que vivimos en la sombra solemos tener siempre las manos frías y los labios calientes, pero durante los segundos que estuve frente a ti, antes de marcharme, mis manos fueron como el fuego, y mi boca cristalizó en azul, como ocurre en ocasiones con las partículas de hielo. Y fui roca, e intenté no respirar, y, sin quererlo, esclavicé en mi lengua el beso que te quise dar. Y como sólo creo en mí, y en ti, no le rezaré a ningún dios para que no pase otro mes en blanco sin volverte a ver.

Caminaré hacia ti sin ahogarme.

Y desapareciste tras tu puerta, soñolienta. Y yo, difuso, escribí tu nombre en la rotura de la noche. 


*foto de aquí

3 Comentarios | Escribe el tuyo:

Belén 17/4/12, 22:29  

Es que esos vestidos os pierden...querido

Besicos

Indra 18/4/12, 17:49  

Uffff...es que no hay nada como ver y tener las cosas claras.
Besos sin difuminar

Paco Mira 21/4/12, 18:17  

Me ha encantado la frase " los escritores que vivimos en la sombra solemos tenemos las manos frías y los labios calientes" .

Precioso el relato.

Un abrazo