(Del it. coda, cola).
―Corre, dime qué le quito y qué le pongo ―dijo ella.
―¿Cómo?
―Tengo prisa, todavía debo ir a por el pan. Es un poema que he escrito y no me termina de convencer. Es distinto a todo lo que he escrito hasta ahora ¿Qué le quito y qué le puedo poner?
Él lo leyó.
―Yo no soy nadie para tocar lo que escribes.
―No, pero... A ver, algo habrá.
―Está como todo lo que escribes, para devorarlo ―expuso él sonriendo.
―Anda que...―Vale, deja un espacio e incluye una coda ―sugirió.
―¿Qué versos?
Él escribió sobre el trozo de papel y ella leyó:
Pero por una vez
seguiré el orden inverso
De las cenizas al fuego
del fuego al recuerdo
Ahora tengo en mi mano
esa bella contradicción de la naturaleza
No olvido
No dejo
Sólo acierto
a querer caminar contigo
de nuevo
Matando inviernos
Sólo quiero aspirar
a cumplir mi condena
comiendo de tus besos
―Bien, ¿algo más? ―preguntó ella.
―Sí, cuando vuelvas de comprar el pan no lo sueltes, y desnúdate en la entrada.
*foto de aquí.
1 Comentarios | Escribe el tuyo:
Qué agilidad mental la de él. Lo pronto que vislumbró los versos...
En cuanto a ella... para mí que fijo necesitó ayuda. Desnudarse con una mano mientras se sostiene pan en la otra... se me antoja complicado jajaja. Será que soy un poco patosa...
Besitos ^^
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