Pueden llamarme asesino si quieren, pero es que toda esta gente merece morir.
Realmente han hecho méritos para ello. Y no es porque sean sólo del tipo de personas que se comprarían un Volkswagen Golf para pegarle en su parte trasera las letras I, T y O, o de esas que conducen un camión y en un lado de la cabina cuelgan estampas de Nuestra Señora Madre y en el otro sucios almanaques de mujeres desnudas.
Apostaría ante una hoguera todos los ligna crucis del mundo a que además se hacen llamar cristianos, cofrades, o hermanos... ¡Ellos!
Aquí estoy, viéndoles pecar, viéndoles besar a otras mujeres que no son las suyas, mientras me acabo el cortado y ellos piden más copas, y la camarera se las sirve hasta rebosar, y ríen con su estridencia insoportable, por encima del murmullo y de la música del pub. Y pensar que hace tan sólo media hora salieron de la Casa de Dios, tras haber comulgado y juntado las manos en señal de... de falsa adoración y rezo, de inexistente afecto divino.
Merecen morir, por eso vine esta tarde aquí, con mi maletín. Acabo de dar el último sorbo, acabo de rezar por sus extraviadas almas, ahora ya sólo me queda salir de aquí tras activar el temporizador.
*foto de aquí.
3 Comentarios | Escribe el tuyo:
Juez ejecutor...tremendo rol!!
Me encanta.
un besote
Me requeteencanta...
Un final sublime! Resuelto el problema de los pecadores jajaja.
Un relato tremedo y que por desgracia, a veces o incluso a menuso se convierte en real...
Un abrazo, anmigo.
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