... Y la chica regresaba al bosque a oír historias, a veces nevaba, a veces llovía, y en aquellas tardes sus ojos se volvían de un gris tan claro que en ocasiones parecían blancos.

-Piedra y la chica de ojos azules-

La Verdadera Tú


Me gusta cómo huelen los cabellos que te peinas detrás de tu oreja. No me preguntes por qué pero, al final del día, desprenden un perfume muy diferente al que esparces del bote a tu cuello por la mañana, supongo que ocurre así porque estará mezclado con unas minúsculas gotas de tu sudor, con tus sonrisas y desgracias, y con todos los silencios que interponemos entre tú y yo.

Al caer la noche, y tú dormida, me acerco desde atrás y hundo mi nariz, buscando ese olor bajo tus cabellos negros. Y cuando lo encuentro ya no es ningún eau embotellado en un frasco de treinta miserables mililitros que no te llegan ni a la suela de los zapatos, sino que eres tú, formada por los devenires del día a día, la verdadera tú, cadavérica ante mis labios.

*foto de aquí

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Una novedad interesante en el primer comentario

El Amor Apesta


Después de unos años he llegado a esta conclusión: el amor apesta. Apesta a cañería recién rota y a mierda borbotando de ella, apesta a mis cojones sin lavar, a aliento de hiena, a almeja enfangada y abierta.

"Cariño, mira qué flores más bonitas he comprado en Queens"

Me importa un bledo tus flores y tú, y más si tengo una botella de Jack Daniels y un buen culo donde engancharme. El tuyo no, porque estás seca, seca como una alpargata de los años setenta, y besártelo es como lamer el esparto. A la segunda botella ya has desaparecido de mi vista, yo me bajo la cremallera, me saco la polla y orino en tus flores. Entonces un guepardo azul con corbata blanca aparece a mi izquierda y espera su turno para devorarlas.

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Más en el primer comentario
*foto de aquí